Hace unos días, mientras contemplaba el espectáculo de los fuegos artificiales de San Juan descorchando una botella de vino junto a mi familia, me quedé fascinado por la explosión de colores como un niño, aunque lo haya visto ya por muchos años. Me pasa igual con la inteligencia artificial, me deja alucinado aunque lleve ya tiempo hablando de ella a los equipos de ventas. 

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Pero sobre lo que quería reflexionar hoy es sobre lo que viene después, cuando se apagan las luces. ¿No es acaso la IA como esos fuegos artificiales? Un despliegue deslumbrante de promesas y potencial, pero ¿qué queda cuando termina el espectáculo? Cuando el humo se disipa, es crucial preguntarnos: ¿cómo podemos aprovechar esta tecnología para obtener resultados tangibles en nuestro día a día?

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Jaime García Chaparro, un científico de datos malagueño, ha rescatado el idioma de la antigua Esparta gracias a ChatGPT. La IA también está siendo muy útil para la Liga Española, que cuenta con una herramienta de IA para la medición de rendimiento y optimización. Genera nada más y nada menos que 112.000 informes y más 1.000 millones de datos cada temporada.

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Como consultor comercial, este curso he sido testigo de cómo la IA ha irrumpido en nuestro mundo con la fuerza de un cohete. Me apasiona y fascina con todo lo que trae consigo para mejorar la experiencia del cliente, analizar mejor los datos… en definitiva, potenciar las ventas.

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Sin embargo, no podemos dejarnos llevar por el espejismo de los fuegos artificiales. Debemos ir más allá del espectáculo y centrarnos en construir algo duradero, algo que resista el paso del tiempo y nos permita alcanzar nuestros objetivos a largo plazo.

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Hay muchísimas oportunidades tecnológicas a día de hoy, que permiten vincular herramientas de vendedores con soluciones de IA. Incluso Google Sheets a día de hoy se puede integrar con ChatGPT, pero esto es solo un simple ejemplo. Hay que saber sacar partido a la IA generativa, pues en cómo se usa es donde marcamos la diferencia.

Conclusión

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Para los vendedores, el tiempo es el recurso más valioso. Cada minuto cuenta, y la IA puede ser nuestra aliada perfecta para optimizarlo al máximo. Pero no se trata de adoptar cualquier herramienta que se cruce en nuestro camino, sino de elegir aquellas que realmente nos ayuden a ser más eficientes y productivos.

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Debemos preguntarnos: 

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• ¿Cómo puede la IA ayudarme a automatizar tareas repetitivas y liberar tiempo para construir relaciones más sólidas con mis clientes? 
• ¿Cómo la puedo aprovechar para personalizar la experiencia de compra y aumentar la satisfacción de mis clientes?

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Como dijo el poeta romano Lucrecio: "Ninguna llama arde por sí misma, sino que necesita de combustible para mantener su brillo". Así que, en lugar de simplemente admirar el espectáculo, te invito a tomar las riendas de esta tecnología y convertirla en tu aliada para alcanzar tus metas. 

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