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Hay muchas formas de vivir las vacaciones, pero un bonus extra es que incluyan tranquilidad. ¿Hemos hecho los deberes durante el año? Es el momento de la verdad para el líder comercial híbrido. Veranear tranquilo y saber desconectar es una buena señal de liderazgo que funciona. A continuación os explico por qué.
El líder puede desconectar en vacaciones gracias a la confianza generada en el equipo. Cuando se ponen la camiseta y sienten el compromiso y la responsabilidad, los equipos comerciales trabajan aunque nadie mire. Tienen claros sus objetivos y la motivación les nace de dentro, aunque no tengan un continuo control externo.
Mientras el jefe de ventas tradicional estaba enfocado en asegurarse de ‘calentar la silla’, el líder comercial híbrido entiende la necesidad de combinar la presencialidad con la digitalización. Además, este líder fomenta la autonomía y por eso puede descansar en vacaciones, sabiendo que el control constante no es necesario para que todo siga su curso.
La clave del éxito en la transformación digital radica en entender que el aumento de la eficiencia en las empresas va ligado directamente a la implicación de sus personas. Mantener el nivel de conexión y compromiso del equipo a través de los nuevos canales es uno de los aspectos clave para seguir realizando una adecuada supervisión.
Si esto se ha logrado, el descanso en verano será más fácil, porque realmente se puede delegar. Además, se trata de un círculo virtuoso, porque el vendedor híbrido que tiene un líder que confía gana auto-confianza y también compromiso. Por lo tanto, se retroalimenta y acaba por ser más confiable y autónomo. Esto también ocurre a la inversa, generando un círculo vicioso si no se trabaja la responsabilidad y la actitud positiva de los colaboradores.
Para ello, el nuevo líder híbrido debe combinar las habilidades técnicas y las soft skills. Necesitará contar con la capacidad técnica de utilizar la tecnología más eficiente para desarrollar a través de nuevos canales las habilidades transversales y reforzar la comunicación y la cohesión de equipo, al tiempo que se asegura la motivación de sus vendedores.
Esto no significa que el líder sea prescindible, porque su función es marcar directrices y líneas estratégicas. Además, el equipo se desarrolla y aumenta la motivación con la inspiración y la capacidad de cohesionar del líder.
El verano es una buena ocasión para poner a prueba la confianza real del líder hacia su equipo comercial, y la de ellos consigo mismos en su capacidad de autonomía. Es el momento de la verdad y, si ya eres un líder comercial híbrido, puedes relajarte estas vacaciones.
Como leí una vez en alguna parte: “Si vas a tirar la toalla, que sea en la playa.” No la tires con tus equipos, sino gracias a ellos, para que puedas pasar un verano descansando en la hamaca, sabiendo que todo sigue su curso aunque no siempre te encuentres allí. ¡Feliz verano!
