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La IA 3.0 ha llegado, y se llama Inteligencia Artificial General (AGI por sus siglas en inglés). Se estima que a finales de esta década, la AGI alcanzará un nivel de desarrollo tal que podrá realizar el 50% de las tareas que actualmente llevan a cabo los humanos, superando incluso el rendimiento del trabajador medio.
Hoy en día, observamos que la IA sobresale en roles enfocados y especializados, como la IA generativa, donde modelos como ChatGPT producen texto similar al humano. Sin embargo, la AGI significa una visión más amplia, que va más allá de estos límites especializados.
Se espera que la AGI pueda comprender y aprender cualquier tarea intelectual como lo hacen los humanos. Podría superar las capacidades mentales humanas en términos de velocidad, aprendizaje y toma de decisiones.
¿Cómo pueden aprovecharlo los equipos comerciales? La AGI puede ayudar a los vendedores a ser más eficientes y efectivos. ¿Cómo? Al automatizar tareas repetitivas, analizar grandes conjuntos de datos y proporcionar recomendaciones personalizadas.
La clave es entender a la IA como un asistente personal que sabe funcionar con gran velocidad.
Estas pueden ser algunas de sus ventajas para la venta:
Vayamos un poco más lejos para entender el salto de la IA a la AGI:
Un elemento central de la promesa de AGI es su sistema de memoria enriquecido. Recuerda a la memoria episódica humana. No se trata sólo de conservar datos: AGI captura momentos, experiencias y contexto. ¿Os suena familiar para aplicar a las ventas? Estas capacidades le permiten recordar eventos, relaciones e interacciones específicas, fundamentales para su aprendizaje y adaptabilidad.
"No hay progreso sin cambio, y quienes no pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada", dijo George Bernard Shaw. El primer paso y más importante será ser capaces de ajustar el enfoque y transformar nuestra mentalidad.
Con todo, estoy convencido de que la IA necesita límites, ética y por supuesto un equilibrio con las habilidades humanas. De lo contrario, corremos el peligro de perder capacidades por delegar demasiado en ella. Además, no olvidemos que se equivoca, así que confiar demasiado en sus respuestas puede ser muy contraproducente.
A pesar de estos avances tecnológicos, la esencia de la relación humana sigue siendo insustituible. En este contexto, veo a los profesionales de ventas como vendedores híbridos hábiles. Capaces de combinar lo mejor de esta revolución tecnológica con las grandes habilidades humanas que llevamos tiempo demostrando. La capacidad de entender, empatizar y conectar con otros de manera única sigue siendo nuestro don distintivo en el mundo de las ventas, así como la creatividad y el pensamiento lateral. En estos aspectos es donde deberemos poner el máximo foco para un upskilling dirigido a maximizar nuestras fortalezas como personas.
La AGI no es una solución mágica, sino una herramienta que debe utilizarse de forma estratégica. Los vendedores que sean creativos e innovadores encontrarán nuevas formas de utilizar la AGI para superar a la competencia. En los próximos años, aquellos que no hayan sabido incorporar la IA, quedarán fuera de un mercado que compite cada vez con más recursos y velocidad.