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Medio mundo se ha vestido de rosa, en una colosal campaña de Mattel para impulsar la figura de Barbie. El fenómeno no solo ha revitalizado la imagen de la icónica muñeca, sino que también ofrece valiosas lecciones para el vendedor híbrido, en la búsqueda de éxito en un entorno en constante cambio.
Mattel cerró el primer semestre de 2023 con pérdidas netas de 79,3 millones de dólares, frente a los beneficios de 87,9 millones que obtuvo en el mismo período del ejercicio anterior. Sin embargo, de acuerdo con un informe de Euromonitor, se espera un aumento del 16% en las ventas de muñecas y accesorios para 2026 con respecto a las cifras del año pasado.
De hecho, la consultora calcula que en 2027 el negocio global de ventas de muñecas moverá u$s 14.000 millones.
El fenómeno Barbie ha demostrado claramente el compromiso de esta empresa por saltar a la nueva realidad híbrida. Hacer una película en la gran pantalla sobre un muñeco de venta física es un claro ejemplo de ello. También refleja un claro enfoque omnicanal y omniexperiencia.
Es un movimiento audaz que demuestra la capacidad de adaptación de la empresa a las cambiantes demandas del mercado y a las nuevas formas de consumo de contenidos.
La colaboración con marcas diversas, desde Airbnb hasta Xbox, muestra cómo Barbie se ha convertido en una presencia constante en múltiples plataformas y contextos. Además, han usado filtros de realidad aumentada y desafíos en las redes sociales para generar lo que se conoce como ‘hype’ o anticipación.
Por ejemplo, han creado un generador de selfies en su web, donde cualquier fan puede hacerse una foto o subirla de su dispositivo. A continuación, puede ver la estética de la marca en un montaje con su propia cara.
La idea detrás de esta herramienta es simple pero poderosa: permite que el cliente se vea a sí mismo como parte de tu universo de marca. Esto va más allá de la mera transacción comercial, creando una experiencia inmersiva y emocional que se adhiere a la memoria del cliente.
Además, este tipo de estrategias tienen un componente social. Imagina que los clientes comparten sus selfies generados en las redes sociales, mencionando el producto y creando un efecto de bola de nieve en la visibilidad de la empresa.
La película no solo se trata de verla en el cine, sino de participar en conversaciones online, crear memes y compartir entusiasmo en las redes sociales. Esto no solo aumenta la visibilidad de Barbie, sino que también crea un sentido de pertenencia en la comunidad de fans.
Por otro lado tenemos el fenómeno Barbie-Oppenheimer, que ha demostrado ser un ejemplo claro de cómo la cultura actual, impulsada por las redes sociales y la interconexión global, puede llevar una conversación más allá de los límites convencionales. Esta inesperada interacción entre dos temas aparentemente disímiles se ha convertido en una sensación viral que refleja la capacidad del entorno digital para amplificar y conectar conversaciones en formas sorprendentes.
En resumen, el fenómeno Barbie nos enseña valiosas lecciones sobre cómo revitalizar una marca icónica en la era híbrida. Así como Barbie sigue evolucionando con el tiempo, nosotros también debemos evolucionar en nuestra forma de abordar el marketing y las ventas en la era digital e híbrida.
Como bien dijo Charles Darwin: "No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio". El vendedor híbrido puede aplicar esta flexibilidad e innovación demostrada por el fenómeno Barbie, para llevar sus resultados al siguiente nivel.