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¿Cuál es el último anuncio que viste? Seguro que lo que te viene a la mente es una imagen. No son palabras, ni ideas abstractas. Por mucho tiempo se ha dicho que una imagen vale más que mil palabras, y en el mundo de la venta híbrida esto es especialmente cierto. Las imágenes tienen un poder innegable, como un imán capaz de atraer y persuadir.
El cliente es cada vez más híbrido o ‘phygital’ y no se conforma con los procesos y el estilo de comunicación de siempre. En este sentido, uno de los puntos clave que debe tener muy presente el vendedor híbrido es el poder de la comunicación visual.
Diversos estudios han demostrado que las imágenes activan áreas del cerebro diferentes a las que activan las palabras, lo que puede explicar por qué son más memorables.
El procesamiento mental de imágenes activa las cortezas temporal medial y visual bilateral. En cambio, cuando escuchamos o vemos palabras, se da una mayor actividad en las regiones prefrontal y temporoparietal relacionadas con la función del lenguaje.
Con estudios de neuroimagen se puede constatar que emplear fotos, vídeos y otros recursos visuales tiene un impacto en el cerebro mucho mayor.
Ahora bien, ¿para qué le sirve todo esto al vendedor híbrido? Para conocer y comprender al cliente, cómo funciona su mente y qué es clave para conectar con él.
El vendedor híbrido puede emplear ganchos visuales de diversas formas:
Una de las razones por las que son tan potentes estos recursos es porque permiten conectar emocionalmente con el cliente. Sea cual sea el punto de contacto, con una imagen interpelamos directamente con un lado de su cerebro que es más directo y que genera más atención. Cuando se produce más impacto e interés, entonces se recuerda más la experiencia.
Una vez dicho esto, ¿qué podemos hacer para compartir imágenes que realmente llamen la atención?
Por muy útil que sea este recurso, el cliente recibe inputs visuales todo el tiempo en su día a día. ¿Cómo destacar en este sentido y qué debemos tener presente?
Creo que uno de los puntos clave de una imagen llamativa es mezclar contextos. Por ejemplo, aparentemente un imán no es un objeto que se use en las ventas, pero simbólicamente está conectado.
Esta imagen, por ejemplo, de una silla con forma de ataúd despierta el interés y capta la atención porque rompe con nuestro mapa mental de cómo funciona la realidad:
Anota algunas técnicas útiles:
La venta híbrida exige nueva mentalidad y nuevas reglas, y esto incluye adaptarse a formatos actuales y maneras diferentes de conectar con el cliente. Como dice Richard Saul Wurman, “la imagen es la herramienta más poderosa de persuasión que tenemos".